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Plagas

La invasión de los insectos

Ya no se publican noticias sobre la plaga de langostas que asoló África durante este año, llegando hasta Canarias. No significa nada. Tampoco llegó hasta nuestros oídos que también hubo otra plaga de langostas en Nicaragua, que las hormigas locas amarillas han invadido el norte de Australia o una plaga de áfidos dañaron en cinco meses 720 hectáreas de bosque nativo de Chile. Aunque no suponen un excesivo aumento de plagas con respecto a otros años, ponen en evidencia cambios climáticos que se están produciendo y la actuación humana en todo ello.

En mayo de 2004 llegaba a los periódicos españoles la noticia de una posible plaga de langostas en África. Lo que no conocíamos es que ya en enero de 2003 comenzaron los primeros avisos y que desde octubre de ese año las fumigaciones eran frecuentes. La falta de medios locales y la desidia internacional fueron cómplices de un clima que favoreció la procreación de las langostas hasta convertirlas en una plaga fatal para los cultivos africanos. Lo que luego pudimos ver en la isla de Fuerteventura fueron simplemente ejemplares tan adultos y cansados que no causaron apenas estragos. Sin embargo la imagen quedó en nuestras retinas.
A día de hoy nos encontramos con que desde octubre de 2003 los países afectados por estos insectos se han gastado más de 45 millones de dólares para controlarlos. Y los daños son tan grandes que África necesitará este año más comida de la prevista. De hecho en Mauritania las langostas han devorado el 80% de los cultivos de cereales. Un mal de proporciones tan grandes que no podrán evaluarse hasta que termine el problema. Pero si queremos tomar una referencia, señalaremos que para erradicar la última plaga de langostas del desierto -que tuvo lugar entre 1987 y 1989-, hicieron falta varios años y más de 300 millones de dólares.
Pero, ¿a qué se debe esta plaga devastadora? Para Pedro Hernández Crespo, científico titular del CSIC, «El motivo no se sabe exactamente, pero se conocen los factores que favorecen la reproducción de langostas. Tiene que haber un período seco y luego llover -pero no de manera torrencial-, lo que favorece la eclosión de huevos. Entonces salen muchos insectos y comienza la gregarización. Si no se controla la langosta y al año siguiente se dan las mismas condiciones climáticas, tendremos una plaga». Como una plaga de este tipo sucede cada siete o diez años en África los científicos han intentado determinar si era algo cíclico. A la conclusión que llegaron es que se debía a la falta de esfuerzos para controlar las langostas. La clave para su control es precisamente actuar antes de que cambien su comportamiento, algo característico de este insecto. La langosta vive a su aire hasta que hay muchas a su alrededor, entonces es cuando cambia su comportamiento volviéndose gregaria. Los insectos en lugar de estar separados tienden a estar más juntos. «Las plagas de langosta están asociadas a condiciones favorables, no a regularidad de clima. Es simplemente que se deja de controlarlas. El tratamiento preventivo es lo que consigue que no haya plagas», concluye el científico del CSIC. De hecho en España hay langosta marroquí en La Serena, que no se convierte en plaga porque cada año el Servicio de Protección de los Vegetales trata la zona para que los animales no se gregaricen.

Los insectos colonizan más terreno

Pero aunque no se sepa a ciencia cierta qué produce tantas langostas, sí se conoce cuáles son las circunstancias que facilitan la reproducción y el crecimiento de los insectos: por un lado un clima seco y con altas temperaturas, sumado a la abundancia de comida en la zona del insecto y a la ausencia de organismos que perjudiquen a la plaga o la presencia de otros que la beneficien. De modo que si hace un tiempo favorable, hay comida y no hay depredadores a la vista… la población se desborda. En todo ello el clima es fundamental y salta a la vista que éste está cambiando justo hacia los parámetros que benefician a los insectos: hacia un incremento de las temperaturas. Ya en 1995 un reportaje del semanario Tiempo indicaba siete plagas que amenazaban a nuestro país en un futuro próximo, y entre ellas se indicaba la invasión de plagas africanas: «El aumento de las temperaturas y el avance del desierto hacia el norte traerá consigo la llegada de plagas, como la langosta africana, que encontrará en España las condiciones que se dan en su hábitat natural». De momento el viento las ha llevado a Canarias, pero no se descarta que próximamente este tipo de plagas se den en la península. De hecho en 1954 llegaron a Reino Unido y no era precisamente su clima ideal. El semanario completaba su lista de plagas debidas al cambio climático indicando el incremento del nivel del mar, cambios en las lluvias aumentando las gotas frías, sequía, nuevas estaciones, avance del desierto y aumento de temperatura. En aquel año se suponía que subiría dos grados, sin embargo en 2001 los mil expertos que publicaron el Panel Intergubernamental del Cambio Climático indicaron que el incremento sería de casi seis grados en el siglo XXI. Lo que en 1995 era una visión catastrofista, hoy parece una ingenuidad infantil. De hecho ya está constatado que la temperatura del planeta aumentó durante el siglo XX 0,6 grados centígrados y sólo con este incremento en los Alpes ciertas especies vegetales emigran hacia las cumbres entre uno y cuatro metros cada década. Ángeles Vázquez, profesora titular de Entomología en la Universidad Complutense de Madrid, sostiene que «con el medio grado que ha subido la temperatura, algunas especies de insectos típicamente mediterráneas que viven exclusivamente en la costa se están introduciendo en zonas más centroeuropeas. Entre ellas se cuentan algunas especies de jejenes.

Aparentemente no hay más plagas que hace décadas, pero los insectos colonizan nuevos territorios gracias al incremento de las temperaturas.
Más que incremento de insectos, lo que está sucediendo es que se está favoreciendo la presencia de algunas plagas en zonas donde antes no habían llegado». Sin embargo la entomóloga se queja de la falta de datos que tenemos: «Sin duda es posible que si nuestras temperaturas siguen subiendo se favorecerá la entrada de plagas africanas, por ejemplo, pero probablemente no nos enteremos porque tenemos poca información sobre insectos. No hay proyectos financiados y meterse en taxonomía requiere mucho tiempo, con lo cual hay muchísimas especies que desconocemos». Ella apunta a que no sólo el cambio climático afecta a la propagación de plagas; los movimientos de gentes y también de productos ayudan a que se extiendan por todo el planeta. Y ahí tenemos dos ejemplos: los inmigrantes que recibe nuestro país están fomentando los parasitismos, como las microtenias que prácticamente estaban desaparecidas en España. En otro ámbito de cosas, los cítricos de Valencia están afectados en tal medida por la mosca azul que EEUU no autoriza a que ninguna de estas frutas entren dentro de su territorio, para evitar que la plaga se propague entre sus propios frutales. Igual que la temperatura se incrementa poco a poco, a ese mismo ritmo las especies suben más al norte, y las enfermedades tropicales -transmitidas por insectos- se propagan más. Aparentemente no hay más plagas que hace décadas, pero los insectos colonizan nuevos territorios gracias al incremento de las temperaturas. Baste un dato que aporta Ángeles Vázquez: «En el mundo están menos controladas las enfermedades parasitarias tropicales que en el año 64. Y esa falta de control está directamente asociada a la falta de control sobre los insectos que transmiten esas enfermedades, con lo cual no podemos decir que estamos en una situación mejor frente a las plagas. En los países de desarrollo tenemos medicación para cuidar a la gente, pero a nivel mundial estamos en retroceso y eso sin duda alguna se debe a ese abandono que tenemos el Primer mundo del Tercer mundo. Fíjate que hay empresas farmacéuticas que dejan de fabricar productos contra enfermedades que solamente se dan en países pobres porque no les pagan los productos. Prefieren hacer una crema para el pelo que emplear el tiempo en elaborar un producto insecticida que luego no les van a pagar, por ejemplo. O un medicamento para la enfermedad del sueño, que no se da más que en países con un nivel de vida muy bajo y no van a poder cobrarlo. Incluso a veces algunos laboratorios tienen productos relativamente económicos para algunas plagas y dejan de fabricarlos para hacer otros más caros, de difícil accesibilidad para los países del tercer mundo». Sin duda la temperatura sigue elevándose y ya casi ningún científico se atreve a desmentir que esto se debe a la acción del hombre sobre el planeta. Pero si a los efectos -que de momento son a pequeña escala- tampoco ponemos freno, es posible que la tierra se convierta en un futuro infierno. Y no habrá nadie más a quien señalar que el propio hombre.

Texto: Marta Iglesias
Fuente: Revista Fusión

 

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Prevención de Legionella

LEGIONELOSIS

Una investigación ambiental realizada por el GELeg (Grupo de Estudio de la Legionelosis) en 20 hospitales catalanes revela que en el 85% de los centros el sistema de agua sanitaria está afectada por Legionella. Si a esto sumamos el hecho de que en todos los casos de afectación se han terminado diagnosticando casos de neumonía causada por la bacteria, vemos que estamos ante una situación que debe controlarse.

En ese sentido, y ya que se ha detectado una incidencia tan alta, ¿Por qué no realizar controles sistemáticos en todos los hospitales y tomar las medidas necesarias para mitigar la incidencia de legionella (una vez presente ya no es posible eliminar su presencia, pero sí reducir la colonización)?

PREVENCION CONTROL DE LEGIONELLA

En un hospital afectado por legionella, la bacteria se encuentra presente en toda la red de distribución y particularmente en el biofilm que recubre las cañerías, donde es muy difícil conseguir una eficacia alta mediante el uso de cloro. En todo caso, es necesario su uso en el circuito de agua fría combinado con una temperatura constante de 50°C en la red de agua caliente (60°C en los acumuladores). También puede usarse la liberación de iones Cu/Ag en el agua sanitaria, el método que hasta la fecha se ha mostrado más eficaz.
Por otro lado, y en los casos en que no sea suficiente con estas medidas para controlar la colonización, deberán emplearse métodos de desinfección local complementarios: rayos ultravioleta, ozono, hipercalentamiento instantáneo o el uso de filtros.

Tanto el primer brote conocido de legionella en un hospital como el que provocó más casos (218) han tenido lugar en los Estados Unidos, concretamente en un centro psiquiátrico de Washington D.C. (1965) y en el Wadsworth Veterans Administration Center de Los Ángeles.

Nota: este texto es un resumen de la conferencia Legionelosis nosocomial (en pdf), del Dr. Miquel Sabrià, pronunciada después de la publicación del artículo Presence and chromosomal subtyping of Legionella species in potable water systems in 20 Hospitals. Infection Control and Hospital Epidemiology (en pdf). Dicho artículo ha servido para que la legislación (en primer lugar a nivel catalán y en 2003 a nivel estatal) incorpore la obligación de realizar tests de legionella en los hospitales.

Más información.

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La Procesionaria del Pino

Procesionaria del Pino

Biología y características de animales dañinos

La Procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) debe su nombre a que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión. Este lepidóptero es un defoliador que constituye la plaga más importante de los pinares mediterráneos, atacando también, aunque de forma menos habitual a cedros y abetos. En España puede localizarse por toda la Península y Baleares.Todas las especies de pinos pueden verse afectadas, pero las especies mas afectadas son el pino laricio (Pinus nigra), el pino canario (Pinus canariensis) y el pino silvestre (Pinus sylvestris). Luego, todas las demás.

En verano aparecen las mariposas de procesionaria, su vida es corta, uno o dos días como mucho. Nacen por el día y se aparean al atardecer de ese mismo día, después las hembras ponen los huevos en las acículas del pino formando un cilindro de color pajizo.

Las orugas nacen a los 30 ó 40 días de la puesta, entre junio y septiembre según regiones y tejen bolsones de seda donde viven en comunidad. Suelen tejer varios bolsones a lo largo de su desarrollo buscando los lugares más soleados que le permitan pasar el invierno.

Biología y características de animales dañinos

Se alimentan por la noche, saliendo para ello del bolsón durante un breve periodo de tiempo, excepto en noches muy frías que aprovechan el día para salir a alimentarse. En el transcurso del otoño e invierno las larvas van creciendo mientras se alimentan de las acículas de los pinos, realizando 4 mudas que van a marcar sus 5 estadios.

A partir de su segunda muda comienza su tercer estadio larvario en el que se forman los dardos urticantes, que pueden causar serias alergias en humanos y urticarias.

A partir de febrero, completa su fase larvaria (5º estadio). Es en este momento cuando bajan de los pinos en procesión para buscar un lugar adecuado donde enterrarse. Guía la procesión una hembra que lanza un hilo de seda por el que se guía la procesión. Encontrado el terreno óptimo las orugas se entierran y crisalidan dentro de un capullo.

De las crisálidas surgen en verano las mariposas que se aparearán dando comienzo a un nuevo ciclo.

La influencia de la temperatura sobre el ciclo biológico de la procesionaria se ve reflejada en los siguientes umbrales:

– Umbral letal superior: A temperaturas superiores a 30 º C desaparece el comportamiento gregario y las orugas abandonan las colonias. A los 32 º C se produce la muerte de las larvas. De este modo, dado que el desarrollo embrionario requiere unos 30 días y que las orugas no soportan temperaturas superiores a los 30 º C,la oviposición debe ocurrir aproximadamente un mes antes de que las temperaturas comiencen a descender por debajo de 30 º C, de forma que en las zonas frías las puestas se adelantan a las de las más cálidas.

– Umbral letal inferior: Por debajo de -12 º C pueden morir colonias enteras.

– Umbral de desarrollo: Cuando la temperatura en el interior del nido es de 20-25 º C, las orugas son activa, comen y se desarrollan normalmente. Entre 10 y 20 º C, las orugas siguen alimentando y tejiendo el bolsón, pero no avanzan en su desarrollo. Así, la 4ª fase larvaria puede prolongarse hasta 4 ó 5 meses.

– Umbral de actividad: Temperaturas inferiores a los 10 º C en el interior del nido detienen la actividad de la colonia, de forma que cuando las noches son muy frías, las orugas salen a alimentarse durante el día.

Existen numerosos métodos de control que aplicados de forma adecuada pueden reducir las poblaciones de procesionaria y mantenerlas en bajos niveles de infestación. No obstante, hay que tener en cuenta que ciertas condiciones ambientales favorables al desarrollo de la plaga no pueden ser modificadas, pudiendo producirse reinfestaciones y que la elección del método deberá realizarse de forma que se ocasiones el menor impacto posible sobre el medio. Entre dichos métodos cabe mencionar los siguientes:

a) Destrucción de los bolsones. Puede llevarse a cabo por medios físicos o químicos. Entre los primeros se encuentran el corte y posterior aplastamiento o quema, y la destrucción a tiros de escopeta. Estas operaciones no deben comenzarse hasta que los bolsones estén bien formados, lo que nos traslada en las zonas cálidas a la primera quincena de diciembre y en las zonas más frías a mediados de noviembre. Debe restringirse la utilización de la escopeta a casos en los que la altura del arbolado no permita el empleo de otros métodos.

Biología y características de animales dañinos

El tratamiento químico de los bolsones se lleva a cabo mediante la pulverización directa con un insecticida adecuado. Los mejores resultados se han obtenido con piretroides y es el método más rápido, eficaz y rentable para repoblaciones jóvenes de menos de 4 m de altura.

b) Empleo de trampas de feromonas. La síntesis de la feromona sexual de la hembra de procesionaria, «pityolure» ha permitido la puesta a punto de trampas para la captura masiva de machos, manteniendo bajos niveles de la población del insecto. Dichas trampas se distribuyen por las zonas de vuelo de los machos, que son, fundamentalmente, los bordes de la masa forestal y los claros a lo largo de cortafuegos y en zonas de pinar poco espeso, a razón aproximadamente de una trampa por hectárea. Este método es adecuado para bajos niveles de infestación y pinares alejados de otros con altos niveles.

Las trampas deben estar colocadas al comienzo del periodo de vuelo, que se puede determinar colocando alguna trampa «vigía» en zonas de fácil acceso del monte en fechas anteriores a las que se calcule para el inicio del citado periodo.

A título orientativo, las poblaciones más precoces, que corresponden a localidades frías, empiezan a volar a mediados de Junio, y las más tardías, en Septiembre. Si no se tiene ninguna referencia, se pueden colocar las trampas vigía a primeros de Junio en sitios fríos, como las zonas de pinar de la meseta norte, por ejemplo, o las zonas altas de las sierras de Cazorla y del Maestrazgo; a primeros de Julio en la meseta sur, y a primeros de Agosto en zonas cálidas de Levante, Andalucía y Baleares.

Las trampas vigía se controlan a diario, y el dispositivo general se instala en cuanto se registran las primeras capturas, para retirarlo cuando éstas cesan de producirse. Determinada un año la fecha del comienzo del periodo de vuelo, en años sucesivos ya no serán necesarias las trampas vigía. Las trampas se pueden empezar a colocar una semana antes de la fecha establecida.

c) Actuación sobre la estructura de la masa forestal. Teniendo en cuenta los diferentes grados de susceptibilidad de las especies de pinos así como de las diferentes zonas de la masa arbórea, se pueden llevar a cabo diversas estrategias para el control de las poblaciones de procesionaria. Así, por ejemplo, los pinos más propensos a ser atacados por la procesionaria, como por ejemplo el pino laricio (Pinus nigra), distribuidos en pequeños rodales dispersos en la masa actuarían como árboles cebos, de forma que sólo sería necesario tratar estos pinos anualmente para mantener toda la masa limpia.

d) Nebulización y pulverización. El empleo de cañones a bajo o ultra bajo volumen es muy apropiado para combatir las peligrosas urticarias y alergias en pequeñas áreas recreativas, parques, jardines, zonas de acceso, etc.

e) Tratamientos químicos masivos. Se realizan con inhibidores del crecimiento o con insecticidas microbiológicos, aplicados a ultra bajo volumen.

– Los inhibidores del crecimiento son los insecticidas que han dado mejores resultados. Para optimizar su eficacia, es recomendable realizar el tratamiento con las larvas en primer estadio e incluso antes, ya que así se evitarán los daños que pueden producir estadios más avanzados y se mejora la distribución del producto, debido normalmente a la coincidencia de condicionesde calma atmosférica. También su efecto es más rápido sobre larvas jóvenes, ya que estos productos inhiben la formación de quitina y en estos estadios el tiempo requerido para la muda es menor que en estadios posteriores.

– Los insecticidas microbiológicos basados en Bacillus thuringiensis var. kurstaki (BTK) se han incrementado en los últimos años. Su aplicación debe llevarse a cabo en los tres primeros estadios larvarios.

Cuando se pretende aplicar insecticidas en los primeros estados larvarios, debe determinarse el período de nacimiento de las orugas. Para ello, pueden realizarse muestreos de las puestas en árboles situados en zonas representativas o bien emplear trampas de feromonas. Estas últimas permitirán la obtención de la curva de vuelo de los machos, que a su vez facilitará la determinación del momento de eclosión.

f) Fomento de depredadores naturales. Los depredadores más efectivos de la Procesionaria del pino son los carboneros y los herrerillos, dos aves insectívoras especialmente voraces con estas orugas. Una manera de fomentarlos es instalar cajas nido con orificio de entrada de 35 mm. Los organismos públicos medioambientales lo están haciendo en los montes, especialmente procedentes de repoblación, en los que por la juventud del arbolado carecen de huecos que sirvan de refugio a estas aves.

Biología y características de animales dañinos

La elección del método de intervención debe hacerse teniendo en cuenta los niveles de infestación, los cuales vienen representados por los siguientes índices:

0: Ninguna o algunas colonias muy diseminadas.

1: Algunas colonias en bordes de la masa, claros y pies aislados.

2: Bastantes colonias en bordes y claros, y algunas por el centro de la masa.

3: Defoliaciones parciales en bordes y pies aislados, y bastantes colonias por el centro de la masa.

4: Defoliaciones muy fuertes en bordes y pies aislaos, y parciales en el resto de la masa.

5: Defoliaciones muy fuertes en toda la masa.

También existen índices intermedios, 2-3, 1-2, etc., dando un total de 11 grados de infestación. Dichos índices deben evaluarse durante el período de enterramiento de las orugas para poder programar las actuaciones de cara al verano, el otoño y el invierno siguientes.

Las recomendaciones según el índice son las siguientes:

0 y 1: Colocación de trampas de feromonas en verano y destrucción o tratamiento de los bolsones en invierno.

2: Destrucción o tratamiento de los bolsones en invierno (sólo en pequeñas parcelas).

3: Tratamiento masivos en verano-otoño.

4 y 5: No son recomendables tratamientos masivos, ni de ningún otro tipo, ya que la reinfestación sería más rápida que si se dejara evolucionar de forma natural. Existen casos excepcionalesen los que por criterios prioritarios de utilización o uso de la masa pueden recomendarse ciertos tratamientos, como por ejemplo en zonas recreativas, superficies de recolección de piñones, etc.

Fuente.