Publicado el 3084Deja un comentariohttps%3A%2F%2Ffloresalud.net%2Flas-patatasLas+patatas2018-09-24+12%3A27%3A53FUMIGACIONES+CANARIAShttps%3A%2F%2Ffloresalud.net%2F%3Fp%3D3084

Las patatas

Papas con mojo
Patatas: diccionario de bolsillo para reconocer las variedades (y sus usos).

Ni todas las patatas son iguales ni sirven para todas las recetas, pero hay una forma de prepararlas que permite consumirlas sin que se note en la báscula.

Las patatas se encuentran en la base gastronómica de nuestro país. Algunas de nuestras recetas favoritas, como la tortilla, no existirían sin ellas. Además de ser ricas, también son económicas, nos sacian y rinden mucho en la cocina. Eso explica que sean un éxito de ventas. Según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, representan casi el 1,7 % del presupuesto que destinamos a comprar comida y bebida para consumir en casa. Cada uno de nosotros se deja algo más de 25 euros al año en este alimento, del que comemos unos 30 kilos anuales, es decir, 2,5 kilos al mes. En estas cifras se incluyen todas las presentaciones de patatas -hasta las procesadas o las congeladas-, aunque la tendencia de consumo es muy clara: el 75 % de las patatas que metemos en carro de la compra son frescas. Pero ¿cuánto sabemos sobre ellas? ¿Elegimos las mejores para cada receta? Si cuando escucha ‘Monalisa’ solo piensa en Leonardo Da Vinci o con la expresión «Red Pontiac» le viene a la mente la imagen de una mítica marca de coches, quizás le interesen las siguientes pistas para conocer mejor lo que come y afinar las elecciones de compra.

Patatas nuevas, de estación y viejas

El nombre lo dice (casi) todo. Las nuevas se recogen en primavera, antes de que acaben de madurar; las de estación, durante el verano, cuando están en su punto justo de maduración; y las viejas, en otoño, después de haber pasado varias semanas bajo la tierra. ¿Dan lo mismo unas que otras? No. El momento en que se recolectan determina que tengan características nutricionales diferentes y que se ajusten mejor a unas recetas que a otras.
Nuevas (marzo-junio). Su piel es más fina, tienen un sabor más suave, más cantidad de agua y son más tiernas que las demás. También contienen menos almidón. Aguantan bien el hervor y la fritura.
De estación (julio-septiembre). Están en su punto justo. Duran más que las nuevas y tienen menos agua, pero son las más versátiles de todas. Resisten bien las distintas técnicas culinarias y se pueden utilizar para todo tipo de recetas. Un comodín.
Viejas (octubre-noviembre). Contienen más almidón (es decir, más hidratos de carbono complejos) y son más secas que las otras. Su sabor es más intenso y su piel, gruesa y áspera, las protege del entorno. Su textura es idónea para hacer purés o guisos, ya que le aporta cuerpo a este tipo de recetas.

Patatas con nombre propio

Además del momento de recolección, las patatas se pueden clasificar por variedades. Hay cientos, pero estas son las más habituales en el mercado local:

– Red Pontiac. Tiene la piel roja y la pulpa blanca. Es rica en almidón. Muy buena para guisar.
– Agria. Es de piel tostada y pulpa amarillenta. Tiene la forma algo alargada. Perfecta para freír.
– Fénix. Redonda y no muy grande, tiene la piel de color amarillento, con hundimientos de tamaño medio. Idónea para estofados: se mantiene entera al cocer y ayuda a espesar la salsa.
– Monalisa. De forma redondeada, cuenta con la piel y la pulpa casi del mismo color, amarillo pálido. Es una patata comodín porque resiste bien las distintas técnicas de cocinado.
– Kennebec. Algo alargada, de piel tostada y pulpa blanca, queda muy bien asada y hervida.

¿Patatas fritas? Atención a las calorías

Las técnicas de cocción modifican los alimentos, y las patatas no son la excepción a esta regla. Las patatas fritas, comparadas con las patatas hervidas, tienen más del triple de calorías y 125 veces más cantidad de grasa (procedente del aceite).
Por eso es tan importante escoger un aceite de calidad y cuidar que esté limpio antes de realizar la fritura. «Las grasas menos recomendables para freír son las trans y aquellos aceites vegetales que son altos en grasas poliinsaturadas, ya que se oxidan fácilmente. Al calentarse por encima de cierta temperatura, generan gran cantidad de toxinas», apunta el dietista-nutricionista Juan Carlos Montero. La mejor opción es el aceite de oliva.
Después de freír, es clave escurrir bien las patatas y colocarlas sobre un papel absorbente. Y, por supuesto, hay que intentar que las patatas fritas tengan una presencia ocasional en nuestra dieta.

Cómo cocinar las patatas para adelgazar

Se suele pensar en las patatas como un alimento calórico y que engorda, pero esta descripción no es justa del todo. Una cosa es comer patatas fritas con regularidad, y otra muy distinta es tomarlas hervidas, al microondas o al horno. Los aderezos (y sus cantidades) también influyen en el perfil nutricional: no es lo mismo usar mayonesa o condimentar con kétchup y una lluvia de sal, que emplear un hilo de aceite de oliva y un poco de pimentón.
Las patatas tienen poco sodio y bastante potasio, una combinación que ayuda a regular la presión arterial. Y hay algo más: si estamos cuidando nuestro peso, la mejor manera de comerlas es hervidas y frías. ¿Por qué? Por el almidón resistente. Cuando las patatas están frías, el almidón cambia y se resiste a la digestión; nuestro organismo lo elimina casi intacto. Las patatas frías (también el arroz) nos llenan pero no nos «engordan».

Etiquetas: patatas, papas

Fuente: Eroski Consumer

Publicado el 1731Deja un comentariohttps%3A%2F%2Ffloresalud.net%2Fgatos-y-perros-ayudan-a-dormirGatos+y+perros+ayudan+a+dormir2016-12-24+12%3A29%3A20FUMIGACIONES+CANARIAShttp%3A%2F%2Fwww.floresalud.es%2Fwordpress%2F%3Fp%3D1731

Gatos y perros ayudan a dormir

Perro y gato
Gatos y perros ayudan a dormir mejor.
Compartir colchón con el peludo amigo ayuda a descansar y a sentirse menos solo y más feliz.

¿Con quién comparte usted la cama? No es una encuesta de una revista de moda, sino que la pregunta concierne a su perro o gato. Si duerme con su amigo de cuatro patas, sepa que no es el único: tres de cada cinco personas que tienen este tipo de animales en casa lo hacen, dicen los expertos. Y no solo eso. A pesar de que hay estudios que sugieren que esta práctica puede tener riesgos, quienes comparten colchón con su can o felino afirman dormir mejor, sentirse más felices y relajados. Este artículo revela las ventajas, y algunos problemas, de tener al gato o perro como compañero de cama.

¿Comparte cama con su gato o perro? ¡No es el único!
¿Duerme con su can o felino? Si la respuesta es sí, no es el único: seis de cada diez personas que comparten su vida con un amigo peludo lo hacen. Esta es la conclusión del estudio reciente ‘¿Son perros y gatos en el dormitorio un problema?’ (Are pets in the bedroom a problem?), realizado en el Centro de la Medicina del Sueño de California (EE.UU.).
Muchas son las personas que duermen con sus canes o felinos, a pesar de los estudios que hace años sugerían que esto podía suponer algún problema. Una investigación de 2011 afirmó que compartir la cama con el perro podía implicar un mayor riesgo de padecer algunas enfermedades, entre ellas, una infección de parásitos. Tres años después, el Centro de la Medicina del Sueño insinuaba que dormir con el peludo compañero de vida podía llevar a más interrupciones del sueño y, en consecuencia, a un peor descanso.

Ventajas de dormir con el gato o perro
No obstante, un nuevo estudio realizado este año con 150 pacientes con problemas del sueño advierte lo contrario: ocho de cada diez personas que comparten la cama con un perro o gato afirman que sus compañeros peludos no interrumpen su descanso. La mayoría asegura que compartir sábanas con su amigo de cuatro patas les ayuda a dormir mejor, ya que se sienten más calientes, felices y relajados. Algunos incluso dicen que sus canes o felinos les ayudan a alejar la soledad. Solo el 20% de quienes duermen con sus animales confiesan que sus peludos amigos tienen un efecto negativo en su descanso.
«La investigación sugiere que perros y gatos pueden tener algunas claves para ayudarnos a optimizar el descanso y dormir mejor», afirma la psiquiatra Lois Krahn, experta en enfermedades del sueño y coordinadora de esta investigación.

Los beneficios de dormir con animales no sorprenderán a quienes comparten edredón con sus compañeros peludos. «Para la mayoría de la gente, tener al perro o gato en la cama es reconfortante: hace compañía, da cariño y evita que nos sintamos solos o inseguros», añade el psicólogo Stanley Coren.
Tamara García Cid, profesora de Comportamiento y Convivencia con Animales en la Universidad Autónoma de Madrid, tiene claro los beneficios que supone compartir cama con los peludos amigos. «Hay casos de niños que duermen mejor cerca de su amigo perro o gato, ya que su respiración les ayuda a descansar», explica. Compartir la vida con un animal no solo les sirve a muchos pequeños para descansar mejor, además es una gran experiencia para ellos. «Querer, cuidar, dormir, acariciar y jugar con un animal implica una estimulación sensorial, mental, motora y emocional muy importante en el desarrollo infantil», añade.
¿Duerme con su gato o perro? Es probable que sea mujer
Las posibilidades de que un can o felino comparta el colchón con su humano depende, no obstante, de la edad y sexo de la persona. La mayoría de quienes duermen con sus animales son mujeres entre 18 y 34 años. «Los estudios sugieren que tres de cada cinco mujeres en esta franja de edad aceptan de buen grado al perro en su cama», agrega Coren. Una de ellas es Irene Álvarez, editora y amante de los mininos. «Dormir con tus gatos es una gozada», dice Álvarez.
¿Y quiénes son los menos propensos a compartir colchón con su peludo compañero? Los hombres casados mayores de 45 años son los más reacios, dicen los investigadores. Aunque no todos ellos se resisten, pues dos de cada diez hombres de esta edad aceptan de buen grado a su can o felinos en la cama.

En la cama con mi perro ¡y mi gato!
Pero no todas son buenas noticias. Quienes duermen con perros y gatos tardan algo más en conciliar el sueño. «Las personas que comparten cama con su can o felino tardan unos cuatro minutos más en dormirse y, además, hay más probabilidades de que se levanten con la sensación de estar cansados», dice el psicólogo Bradley Smith, que ha realizado una investigación sobre el impacto de perros y gatos en el sueño de más de 13.000 personas, publicada en la revista científica Anthrozoos.

Pero esos cuatro minutos de más «son, en efectos prácticos, no significativos», afirma el psicólogo. Y no solo eso, pues quienes duermen con sus compañeros de cuatro patas, aunque afirman sentirse más cansados al levantarse, dicen estar menos cansados durante el resto del día que quienes no duermen con animales.
«Para mí, dormir con mi gata Tilly en los pies es uno de los pequeños placeres de la vida», concluye el psicólogo Hal Herzog. «Después de leer mucho sobre el sueño y los animales mi conclusión es clara: si eso te hace feliz y también le hace feliz a tu gato o perro, ¡adelante!», zanja.

Etiquetas: gatos convivencia, perros convivencia, salud

Fuente: Eroski Consumer

Publicado el 14691 comentariohttps%3A%2F%2Ffloresalud.net%2Flos-insectos-superaron-a-los-dinosauriosLos+insectos+superaron+a+los+dinosaurios2016-11-10+21%3A18%3A56FUMIGACIONES+CANARIAShttp%3A%2F%2Fwww.floresalud.es%2Fwordpress%2F%3Fp%3D1469

Los insectos superaron a los dinosaurios

Insectos
¿CÓMO LOS INSECTOS SUPERARON A LOS DINOSAURIOS?

Los insectos le ganaron la batalla al meteorito que mató a los dinosaurios. La vida en el hemisferio sur se recuperó dos veces más rápido que en el norte tras el impacto.

Hace 66 millones de años, una roca espacial de 10 kilómetros chocó contra la Tierra causando una explosión equivalente a 7.000 millones de bombas atómicas. El choque levantó una enorme fumarola de roca pulverizada que se elevó hasta cubrir todo el globo y sumirlo en una profunda oscuridad. Tsunamis de más de 100 metros arrasaron las costas del actual Golfo de México en la península de Yucatán, zona en la que cayó el meteorito de Chixculub, y se desencadenaron fuertes terremotos. Parte de los escombros levantados por el impacto comenzaron a llover como diminutos meteoritos y transformaron el planeta en un infierno de bosques ardiendo. Las plantas que no se quemaron se quedaron sin luz solar durante meses. Tres de cada cuatro seres vivos en el planeta fueron exterminados, incluidos todos los dinosaurios no avianos.

Una de las grandes incógnitas sobre el evento de extinción masiva del Cretácico es si existió un refugio donde la vida permaneció más o menos intacta. Algunos estudios han situado ese oasis en el hemisferio sur del planeta, especialmente cerca del Polo.
“La mayoría de lo que sabemos sobre la extinción y la recuperación de la vida en la tierra después del asteroide viene del Oeste de EE UU, relativamente cerca del lugar del impacto, en Chixculub, México”, explica Michael Donovan, investigador de la Universidad estatal de Pensilvania (EE UU). Se sabe mucho menos de lo que sucedió en otras zonas más alejadas, dice, pero hay estudios recientes del polen y las esporas que apuntan a que en Patagonia y Nueva Zelanda la extinción de plantas fue mucho menor.

En un estudio publicado hoy en Nature Ecology & Evolution, Donovan y otros científicos en EE UU, Argentina y China exploran la hipótesis de un refugio en el sur a través del análisis de hojas fósiles de antes y después del impacto encontradas en la Patagonia argentina. En concreto, el equipo de investigadores ha analizado las pequeñas mordeduras dejadas por insectos herbívoros en la vegetación para estimar cuándo se recuperó el nivel de diversidad biológica anterior al desastre.

Los resultados muestran que, al igual que lo que se observó en el hemisferio norte, los insectos del sur prácticamente desaparecieron después del choque del meteorito. Pero los fósiles analizados también muestran que los niveles de diversidad de insectos se recuperaron en unos cuatro millones de años, dos veces más rápido que en el norte.
 “También hemos estudiado los minadores, rastros de deterioro en las hojas hechos por larvas de insecto al alimentarse”, explica Donovan. “No encontramos pruebas de la supervivencia de minadores del Cretácico, lo que sugiere que este no fue un refugio para estos insectos”, explica, pero en los restos de después del impacto enseguida aparecen nuevas especies.

El trabajo refuerza la hipótesis de que la vida regresó antes a las zonas más alejadas del punto de impacto, “aunque también pudo haber otros factores desconocidos”, advierte Donovan. Las diferencias en el tiempo de recuperación probablemente influyeron en los patrones de biodiversidad hasta la actualidad, comenta.
El trabajo también puede ayudar a explicar por qué otras pequeñas criaturas que se alimentaban de insectos acabaron conquistando la Tierra tras sobrevivir al meteorito que exterminó a los dinosaurios. “Es posible que los cambios en la cadena alimentaria causados por la extinción de los insectos después del impacto, seguidos de la recuperación de los niveles anteriores afectasen a otros organismos, incluidos los mamíferos”, resalta.
 
Fuente: Nature Ecology & Evolution, El País