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Transporte de alimentos

Transporte de alimentos a granel a temperatura no regulada

seguridad alimentaria

Determinados productos alimentarios procedentes de la producción primaria, como cereales enteros, frutos secos con cáscara o semillas de oleaginosas, no necesariamente requieren para su transporte un contenedor exclusivo para alimentos. La Agència Catalana de Seguretat Alimentària ha publicado un documento de buenas prácticas para ayudar al operador a identificar los posibles peligros de seguridad alimentaria en estos casos y propone acciones para evitarlos.

El transporte a granel de materias primas destinadas a la alimentación humana  requiere el control de aquellos peligros que puedan amenazar la inocuidad del producto final. En este sentido, el expedidor, el transportista y el receptor de la carga comparten la responsabilidad en la seguridad del producto mientras se encuentra en la fase de transporte.

Con el documento Buenas prácticas en el transporte de materias primas alimenticias a granel a temperatura no regulada, la Agència Catalana de Seguretat Alimentària (ACSA) pretende ayudar al operador a identificar aquellos peligros probables y tomar las acciones pertinentes para evitarlos.

El transporte de determinados productos alimentarios procedentes directamente de la producción primaria no necesariamente requiere de un contenedor exclusivo para alimentos. El Documento de orientación sobre la aplicación de determinadas disposiciones del Reglamento (CE) 852/2004 relativo a la higiene de los productos alimentarios detalla ciertos productos primarios a los que se puede aplicar este caso. Estarian, por ejemplo, el cereal entero o con salvado para consumo humano (elaboración de harinas) o animal (piensos), los frutos secos con cáscara y las semillas de oleaginosas (girasol, colza, soja).

Sin embargo, son igualmente necesarias buenas prácticas para asegurar la inocuidad de los alimentos transportados.

Transporte de alimentos a granel a temperatura no regulada

Identificación y trazabilidad 

Es necesario mantener un registro completo sobre la limpieza y las cargas transportadas, durante 6 meses. Existe la responsabilidad compartida de que la carga no se contamine por otras de trayectos anteriores, por lo que el transportista tiene que facilitar, a la persona expedidora y a quien recibe la carga, la información de las 3 cargas anteriores y los métodos de limpieza y desinfección utilizados en el medio de transporte, con el fin de valorar los posibles peligros.

El registro debe recoger información sobre: 

  • Los datos del medio de transporte.
  • Las cargas anteriores en orden cronológico con las fechas y horas de carga y descarga.
  • La fecha del transporte.
  • Datos de la expedición.
  • Datos de la recepción.
  • Certificado de limpieza o documento acreditativo

Limpieza de los contenedores

Los contenedores de alimentosdeben mantenerse limpios y en buen estado de mantenimiento para evitar la contaminación por peligros biológicos (microorganismos), físicos (restos de partículas) y químicos (restos de sustancias químicas), asi como la posible presencia de ingredientes alérgenos que puedan producir una contaminación cruzada entre cargas.

El nivel de limpieza variarásegún los peligros asociados a la carga:

  • Nivel básico: Limpieza en seco,
    Aplicable en cargas secas, como cereales. La materia sólida se elimina mediante succión, barrido o raspado de toda la superficie interna del contenedor para asegurar la eliminación de cualquier resto. Para evitar que se levante mucho polvo y haya dispersión de suciedad lo más recomendable es la succión.
  • Nivel medio: Limpieza con agua
    Se aplica en caso de que con el nivel básico queden restos y se tenga que completar con agua a presión. También en el caso de cargas secas alimenticias y de sustancias húmedas o de productos químicos, por ejemplo, aditivos.
    Después de una limpieza en seco se aplica agua potable, fría o caliente, con bastante presión para arrastrar los sólidos o restos de sustancias químicas. Si es necesario hay que secar con ventilación o secador de aire caliente, ya que el contenedor debe estar perfectamente seco para la próxima carga.
  • Nivel elevado: limpieza con agua y detergente 
    Aplicable cuando la carga sea de naturaleza grasienta, por ejemplo las semillas de oleaginosas. Después de una limpieza de nivel medio, se aplica un detergente autorizado para uso en la industria alimentaria. Es muy importante un correcto enjuague, para no contaminar cargas posteriores con restos de detergentes. Si es necesario, realizar el secado.
    Con el fin de extraer los restos de naturaleza grasienta con más facilidad se recomienda el uso de agua a temperatura elevada, pero sin superar los 60ºc para que los restos proteínicos no coagulen y se adhieran a las superficies. En estos casos es mejor un detergente alcalino. Si, por el contrario, se tienen que retirar restos calcáreos, mejor un detergente ácido.
  • Nivel muy elevado: Limpieza con agua, más detergente y desinfectante 
    Se aplica en el caso de cargas microbiológicamente perecederas o si se sospecha que la carga anterior estaba contaminada microbiológicamente.
    Después de aplicar una limpieza de nivel elevado se aplica un desinfectante autorizado, con actividad biocida y que sea apto para uso en industria alimentaria, que asegure la inactivación de cualquier peligro biológico. Para que sea más efectivo, hay que aplicarlo con agua caliente y se recomienda dejar actuar 5 minutos los desinfectantes para que hagan efecto.
    Es muy importante un enjuague adecuado, con el fin de no contaminar cargas posteriores con restos de detergentes y/o desinfectantes.Finalmente, en caso necesario, secar.
Transporte de alimentos a granel a temperatura no regulada

Instrucciones de limpieza

  • Empezar siempre por el punto más alto del vehículo y finalizar por el más bajo.
  • Utilizar siempre agua potable y sustancias aptas para el uso al cual se destinan (detergente, desinfectante, desincrustante, desengrasante, etc).
  • Seguir las instrucciones de uso adecuado de estas sustancias, incluidas en la ficha técnica y ficha de datos de seguridad de las mismas.
  • Si la limpieza y la desinfección la lleva a cabo quien hace el transporte tiene que disponer de la documentación acreditativa. Si la limpieza la realiza otra persona, quien hace el transporte tiene que disponer de la factura (por ejemplo, factura del punto del lavado, donde se especifique el servicio) y siempre facilitarla a la persona titular de la carga a fin de que complemente sus controles.
  • El enjuague tiene que asegurar la ausencia de restos de productos detergentes, desinfectantes, desincrustantes, etc.
  • Las partes exteriores del vehículo no necesitan una limpieza tan exhaustiva, pero igualmente se tienen que utilizar productos adecuados para el contacto alimentario para evitar contaminaciones cruzadas.
  • Se tiene que verificar el sistema de limpieza y el de desinfección para garantizar su eficacia.
  • En caso de cargas en polvo con ingredientes alergénicos, por ejemplo, una harina de trigo o cargas en polvo de algún producto químico, como aditivos, la limpieza tiene que garantizar que no habrá contaminaciones cruzadas con cargas posteriores.
  • Quien hace el transporte tiene que incorporar al registro de cargas y limpieza efectuados los productos que ha utilizado y cuál era la carga previa a esta limpieza.

Buenas prácticas en el transporte de materias primas alimenticias a granel a temperatura no regulada, ACSA, 2019

Fuente: Higiene alimentaria

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Plaguicidas en alimentos

Tratamiento Fitosanitario
Restos de plaguicidas en alimentos.
Los consumidores pueden reducir la ingesta de residuos de plaguicidas en alimentos pelando o lavando las frutas y hortalizas, como aconseja la OMS.

Los plaguicidas son sustancias utilizadas en la producción de alimentos para controlar plagas de insectos, roedores, malas hierbas, bacterias y hongos. Su uso está regido por normativas y controles que garantizan que son seguros y que los límites que se detectan son muy inferiores a los considerados como perjudiciales. Para proteger a los consumidores de estas sustancias, la Organización Mundial de la Salud (OMS) examina los datos científicos de los que se dispone y establece límites máximos de residuos (LMR), aceptados a nivel internacional. El artículo explica cuáles son las prioridades de la OMS en torno a los plaguicidas y cómo reducir la exposición en los cultivos y la alimentación.

Según la OMS, en todo el mundo se usan más de 1.000 plaguicidas para evitar que las plagas destruyan cosechas y cultivos. Algunos de los pesticidas más antiguos, como el DDT, cuya utilización ya no está permitida, pueden permanecer en el suelo y el agua durante años. Su toxicidad depende sobre todo de su función, de la cantidad empleada y del modo de exposición (ingestión, inhalación o contacto directo con la piel). Los efectos nocivos de los plaguicidas se producen a partir de determinado nivel de exposición.
Según la Asociación Europea de Protección de Cultivos (ECPA), hasta el 40% de los cultivos de todo el planeta se pierden cada año a causa de plagas y enfermedades de las plantas, incluso con el uso de pesticidas. Desde el año 2014, el manejo integrado de plagas (IPM) incluye el empleo responsable de plaguicidas y soluciones de biotecnología vegetal. Los controles y acciones realizadas sobre estas sustancias en los últimos años han permitido llegar a conclusiones como a la que llegó en 2016 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA): «El 97% de las muestras de alimentos recogidas en la Unión Europea (UE) no contienen residuos de plaguicidas ni contienen trazas que no se encuentren dentro de los límites legales».

Prioridades sobre el uso de plaguicidas
En la UE, cada año la EFSA elabora un informe sobre el uso de plaguicidas. El último de ellos confirma que más del 97% de las muestras de alimentos evaluados contienen niveles de residuos de plaguicidas dentro de los límites legales, que garantizan un gran margen de seguridad. Es importante que estas sustancias, que se aplican de forma deliberada en el medio ambiente y que pueden ser tóxicas, se controlen y reciban un seguimiento regular. La OMS tiene dos objetivos claros:

1. Hacer que se prohíban los plaguicidas más tóxicos para el ser humano y los que permanecen más tiempo en el medio ambiente.
2. Proteger la salud de los consumidores a través del establecimiento de límites máximos de residuos (LMR).

Estos límites hacen referencia a los niveles superiores legales de una concentración de residuos de plaguicidas en alimentos o piensos. Para establecerlos, se tienen en cuenta buenas prácticas agrícolas para una menor exposición del consumidor sin que ello afecte a la protección de los cultivos. Estos niveles se establecen cuando el producto está listo para consumir. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), los LMR se refieren a límites toxicológicamente aceptables, no a límites toxicológicos, es decir, representan la cantidad máxima de un residuo que puede encontrarse en un producto alimentario de origen vegetal o animal como consecuencia del uso legal. Debe tenerse en cuenta, por tanto, que superar estos LMR no siempre es sinónimo de un riesgo para la salud porque no representan la cantidad máxima de la sustancia activa que puede ser perjudicial.

Dentro de la categoría de plaguicidas se incluyen insecticidas, herbicidas o fungicidas. La OMS clasifica los plaguicidas en:

Ia: sumamente peligroso.
Ib: muy peligroso.
II: moderadamente peligroso.
III: ligeramente peligroso.

Cómo prevenir la exposición a plaguicidas
La alimentación es una de las principales vías de exposición a los plaguicidas. Pero también lo es la aplicación de estos productos en cultivos. Las personas que administran estas sustancias deben seguir las instrucciones de uso de los plaguicidas y protegerse con guantes y máscaras siempre que sea necesario.
Para reducir la exposición a través de los alimentos, la recomendación es llevar una dieta variada y pelar o lavar las frutas y hortalizas, una práctica que, según la OMS, reduce de manera significativa no solo la exposición de plaguicidas, sino también otras fuentes de peligro como las bacterias patógenas.

El lavado con agua reduce la presencia de tierra, gérmenes y residuos de pesticidas que están en la superficie de frutas y verduras. Por tanto, lavar la fruta o la verdura bajo el agua corriente es más efectivo que si se ponen en remojo en un recipiente. Los residuos de plaguicidas se adhieren mejor a las frutas que tienen cáscaras cerosas o suaves, pero si estas se han tratado con ceras, es posible que algunos residuos queden atrapados debajo. Según el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas estadounidense (NPIC), un acuerdo de cooperación entre la Universidad Estatal de Oregón (OSU) y la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), aunque algunos jabones o detergentes se han diseñado para quitar estos residuos, «no se ha comprobado que sean más eficaces que el agua por si sola». Los expertos aseguran que el agua es muy eficaz en quitar algunos residuos superficiales.

Etiquetas: cultivos, pesticidas, plaguicidas

Fuente: Eroski Consumer

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Desafíos del futuro en seguridad alimentaria

Seguridad Alimentaria
Desafíos del futuro en seguridad alimentaria.
La Comisión Europea identifica los principales retos en seguridad de los alimentos y nutrición para dar forma a la investigación que debe hacerles frente en un futuro.

Conseguir que los alimentos sean seguros, nutritivos, de alta calidad y asequibles a todo el mundo es uno de los objetivos de la política europea. Por eso las normas y requisitos que aprueba la Comisión Europea (CE) en este sentido van dirigidos a garantizar un alto nivel de seguridad de los alimentos dentro de un mercado cada vez más globalizado. Pero no es una tarea fácil. A menudo surgen nuevos retos a los que hacer frente, derivados sobre todo de aspectos como desequilibrios demográficos, el cambio climático, el descenso de la productividad agraria, las modificaciones en la dieta y la aparición de nuevas resistencias antimicrobianas, según la CE. El artículo explica cuáles son los retos futuros en seguridad alimentaria y cómo está previsto afrontarlos.

La seguridad de los alimentos no es una cuestión cerrada ni pasiva. A menudo surgen nuevos escenarios a los que debe hacerse frente. Cada día está más presente la idea de una «comida global», es decir, una cadena alimentaria mundial cada vez más interconectada con un aumento del comercio global y una industria agroalimentaria más concentrada. Es necesario que, para cada nueva situación, se identifiquen los retos de seguridad alimentaria y nutrición que deben priorizarse en función de su importancia y la probabilidad de que se produzcan. En ello trabaja la Comisión Europea, en establecer opciones políticas específicas para cada contexto que garanticen la resistencia del futuro alimentario en la UE. También analiza las necesidades de investigación futuras.

Los retos en alimentación
Según el nuevo informe de la Comisión Europea, los principales desafíos actuales en nutrición son:
– En todo el planeta se producen cuatro billones de toneladas de alimentos, de los que más del 90% proceden de la tierra, y el resto, de aguas marinas e interiores.
– Los expertos calculan que la producción total de alimentos aumentará un 60% para poder alimentar a un mundo de más de 9.000 millones de personas en 2050.
– Se llegan a despilfarrar unos 1.300 millones de toneladas de alimentos cada año, una cifra que representa un 33% del total de alimentos producidos para el consumo humano.

La CE considera que, para hacer frente a estos retos, más que incrementar la producción, debe trabajarse para mejorar la producción y la distribución de alimentos, así como modificar la dieta y reducir el número de alimentos que se desperdician.

En cuanto a la la seguridad alimentaria, los principales retos son:
– El acceso a alimentos seguros, un derecho al que deberían tener todas las personas, pero que no se cumple. Unos 795 millones de personas sufren malnutrición crónica y casi dos billones tienen sobrepeso u obesidad, lo que se traduce en un aumento de enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes, entre otras.
– En cuanto a la inocuidad de los alimentos, se calcula que unos 600 millones de personas enferman a consecuencia de ingerir alimentos contaminados.

También se plantean retos ambientales, ya que la producción de alimentos es uno de los mayores destinos del uso de agua dulce. Se calcula que la producción de alimentos representa el 60% de la pérdida mundial de biodiversidad terrestre y que el aumento del 76% en el consumo de carne y los productos de origen animal en 2050 podría incrementar los gases de efecto invernadero en un 80%. Para solucionar este problema, la CE plantea concienciar al consumidor hacia dietas basadas en fuentes alternativas de proteína.

Riesgos emergentes alimentarios
Al lado de las nuevas necesidades alimentarias y los nuevos desafíos en la producción de alimentos, también aparece otro reto: afrontar los riesgos emergentes. Si bien algunos riesgos microbianos y enfermedades parasitarias se han controlado o eliminado con éxito, surgen otros nuevos, lo que explica que los riesgos de seguridad alimentaria no son estáticos. Prepararse para la aparición de una enfermedad es complejo porque no en todos los casos la emergencia puede predecirse o prevenirse. Además, es muy difícil prever la magnitud del problema.

Para hacer frente a las enfermedades emergentes, los expertos apuestan por aplicar un plan que incluya: predicción (intentar entender los factores que conducen a la aparición de nuevos patógenos y cuál ha sido la respuesta del pasado); detección (mejorar los sistemas de vigilancia para que puedan detectar los riesgos emergentes); reacción (fomentar respuestas rápidas en un contexto de incertidumbre); y supervisión (dónde y en quién recae la responsabilidad).

Uno de los principales problemas, además de los que ocasionan los cambios en las prácticas de producción de alimentos o los patrones de consumo, es que los riesgos que ya se conocen cambien y se adapten a nuevos reservorios animales y lleguen a ser más virulentos.

Etiquetas: cambio climático, despilfarro, riesgo alimentario

Fuente: Eroski Consumer