Publicado el 115Deja un comentariohttps%3A%2F%2Ffloresalud.net%2Faves-palomas-animales-daninos-bichos-plaga-canarias-las-palmas-gran-canaria-arucas-teror-valsequillo-tejeda-teldeAves+de+Europa2008-01-17+17%3A47%3A15jomaveshttp%3A%2F%2Fwww.floresalud.es%2Fwordpress%2F%3Fp%3D115

Aves de Europa

El cambio climático amenaza a las aves de Europa

Un «Atlas climático de las aves nidificantes europeas», publicado el 15 de enero de 2008 por investigadores británicos, advierte del calamitoso impacto del cambio climático sobre las aves autóctonas.

Basando su modelo en la suposición de que la temperatura media del planeta ha aumentado en unos 3 °C, los investigadores opinan que, para finales de este siglo, la distribución de las especies de aves comunes podría desplazarse casi 550 kilómetros hacia el noreste. Además, el área de distribución se reducirá en un quinto de su Control de plaga de avestamaño, puesto que el calentamiento del planeta dejará a algunas aves pocas zonas con clima apropiado para ellas. Este atlas muestra también que tres cuartas partes de las aves nidificantes de Europa tienen probabilidades de sufrir un declive en cuanto a su ámbito geográfico.

Algunas especies que son actualmente endémicas del sur de Europa, como la garza imperial o el autillo, podrían desplazarse a hábitats situados más al norte, por ejemplo al sur de Gran Bretaña. Por otra parte, algunas aves como el piquituerto escocés, que vive tan sólo en los bosques de coníferas de Escocia, y el rabilargo, que habita en la parte suroeste de la Península Ibérica, podrían extinguirse por completo por la reducción de sus hábitats.

«El cambio climático y las respuestas de la flora y la fauna al mismo son difíciles de prever con precisión, pero este estudio nos ayuda a apreciar la magnitud y el alcance de los impactos posibles y a identificar las especies más amenazadas y las que necesitan ayuda y protección con urgencia», declaró el profesor Rhys Green, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), uno de los autores del atlas.

«Aunque siguen siendo inciertos los cambios climáticos futuros y las reacciones de las especies a dichos cambios, queda clara la magnitud potencial de ambas cosas, y ésta es tal que las medidas de adaptación necesarias para conservar la biodiversidad europea requieren necesariamente una intervención internacional con carácter urgente», añadió el profesor Brian Huntley, de la Universidad de Durham (Reino Unido).

A fin de contrarrestar los efectos del calentamiento del planeta, los investigadores destacan la necesidad de una intervención humana que mantenga las poblaciones existentes y les dé la oportunidad de colonizar zonas nuevas. «A estas alturas es inevitable que se produzca cierto cambio climático, y debemos ayudar a la naturaleza a ganar resistencia contra los peores impactos a base de incrementar las inversiones dedicadas a la creación de espacios naturales más grandes y de hacer que las zonas rurales sean más favorables para la flora y la fauna, a fin de permitir a las especies que se trasladen a zonas que ofrezcan climas adecuados», explicó el Dr. Mark Avery, director de conservación de la Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB).

El atlas es un proyecto común de la Universidad de Durham, la Universidad de Cambridge, la RSPB, BirdLife International y el Consejo Europeo para el Censo de Aves (EBCC).

Para obtener más información, consulte:

Universidad de Cambridge:
http://www.cam.ac.uk/
Universidad de Durham: http://www.durham.ac.uk/
Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB):
http://www.rspb.org.uk/
Consejo Europeo para el Censo de Aves (EBCC)
http://www.ebcc.info/

 

Publicado el 1145 comentarioshttps%3A%2F%2Ffloresalud.net%2Fagua-potable-planeta-canarias-las-palmas-gran-canaria-arucas-guia-galdar-tejeda-santa-brigida-san-mateo-valsequillo-telde-arinaga-vecindario-ingenio-aguimes-maspalomas-moganAgua+potable2008-01-17+11%3A41%3A08jomaveshttp%3A%2F%2Fwww.floresalud.es%2Fwordpress%2F%3Fp%3D114

Agua potable

Derecho humano al agua

En nuestro planeta se está gestando una sigilosa guerra por el agua. La escasez y mala calidad del agua ponen en peligro la salud, el bienestar social y económico, la seguridad alimenticia y la diversidad biológica. Si el agua es escasa, la producción de alimentos también lo es y, de tal forma, ello no solo afecta a las actuales generaciones sino que amenaza a la supervivencia de las futuras.

Cuando jugaba de niño con pistolas de agua no podía sospechar que a aquel inocente proyectil alguna vez correspondería un lugar tan señalado como el que hoy tiene en el dilema humano de la guerra o la paz.
En nuestro planeta se está gestando, casi pudiera decirse que se está librando ya, una sigilosa guerra por el agua.

Durante el último siglo la población mundial se ha triplicado, mientras que el consumo de agua se ha sextuplicado.

Aunque el tema de la escasez del agua, su contaminación y su distribución desigual es un problema de todos, afecta más a la población pobre del mundo.

Hoy, los niños de los países desarrollados consumen entre 20 y 30 veces más cantidad de agua que los niños de los países más pobres.

Se calcula que unos mil millones de personas no disponen de agua potable en tanto dos mil quinientos millones no la tienen en las cantidades y condiciones mínimas adecuadas. Casi todas ellas viven en América Latina, África y Asia, aunque también existen vastos sectores de menesterosos en los países más desarrollados a quienes alcanza esta carencia.

Si el agua es escasa, la producción de alimentos también lo es y, de tal forma, ello no solo afecta a las actuales generaciones sino que amenaza a la supervivencia de las futuras. La disponibilidad de agua potable repercute directamente en la calidad de vida de la población, fundamentalmente por sus derivaciones en los problemas de la higiene y la alimentación. Entre 10,000 y 20,000 niños mueren en el mundo cada día a consecuencia de enfermedades que pudieran evitarse, derivadas de la falta o insuficiencia del agua potable. Cada 15 segundos muere una niña o un niño por diarrea ocasionada por el consumo de agua infectada.

Alrededor del 40 % de la alimentación mundial depende de la agricultura de regadío, que consume más del 66% del agua que gasta la humanidad. Como no existen alternativas para esta ecuación, cualquier incremento del gasto de agua para fines que no sean los de la alimentación, repercute negativamente, de manera directa, en la calidad de la vida humana a escala global.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población, dentro de un cuarto de siglo, una de cada tres personas en la Tierra carecerá de agua o tendrá una cantidad insuficiente. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido que, de no tomarse las medidas apropiadas, mil ochocientos millones de personas vivirán dentro de 20 años en países o regiones con escasez absoluta de agua; más de dos tercios de la población mundial carecerán de acceso suficiente al agua.

Y, a la escasez de agua, hay que sumar el problema de su contaminación que, según algunas fuentes especializadas, cobrará no menos de 76 millones de vidas humanas en los próximos 15 años.

La FAO ha advertido acerca de los efectos contaminantes de los plaguicidas y los fertilizantes utilizados en la agricultura que dañan las reservas de agua, tanto la de superficie, como la almacenada por la naturaleza en el manto freático, es decir aquellas que se acumulan bajo la tierra, almacenadas en los poros que existen en sedimentos como la arena y la grava, y en las fisuras que se encuentran en rocas.

El manto freático o subterráneo guarda el 97 por ciento de todas las reservas mundiales de agua dulce -excluyendo la contenida en los casquetes polares. De esta agua subterránea, dependen no menos de 1,500 millones de habitantes en todo el mundo para su abastecimiento de agua potable, por lo que resulta un recurso fundamental, tanto para la vida humana como para el desarrollo económico.

Aproximadamente el 80 por ciento de la contaminación del medio marino se origina por actividades humanas en tierra, como el vertimiento de aguas residuales y desechos industriales no tratados adecuadamente, y la construcción de infraestructura costera, además de los efectos derivados de las actividades agrícolas, el desarrollo industrial, la urbanización, el turismo y otras actividades humanas.

Pero no todos los habitantes del planeta enfrentan tan triste presente ni, quizás, tan cruel destino.

En la ciudad de Las Vegas, situada en medio del gran desierto de Nevada, en los Estados Unidos de América, se fabrican cada mes cinco mil residencias con piscinas y verdísimos céspedes generosamente regados con agua transportada desde cualquier lejana fuente.

En el Sur del estado de la Florida, donde en los últimos tiempos se ha enseñoreado una gran sequía y se teme que el agua de mar contamine irremediablemente el manto freático en algunos condados, el consumo histórico promedio de agua es de 170 galones por persona, muy por encima de los 100 galones per cápita en todo el país, cifra que, a su vez, es 15 veces superior a la media de los países eufemísticamente llamados en “vías de desarrollo” del Sur del continente.

La escasez y mala calidad del agua ponen en peligro la salud, el bienestar social y económico, la seguridad alimenticia y la diversidad biológica. La escasez de agua podría llegar a ser además, en el futuro, la limitación más importante para asegurar una agricultura sostenible.

Estas realidades son expresión de lo extravagante, injusto e insostenible que puede ser el orden capitalista y el proclamado “modo de vida americano” pero muestran también lo alejada que está la humanidad de entender el grave peligro que le depara el uso irracional del agua a escala mundial.

El director general de la UNESCO, Kiochiro Matsuura, ha sido categórico a este respecto: “De todas las crisis a las que nos enfrentamos los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra supervivencia y la del planeta. En los próximos veinte años el abastecimiento de agua disminuirá un tercio en el mundo”.

La crisis del agua es parte esencial de la crisis ambiental, económica y social a que nos conduce el modelo de desarrollo que se ha impuesto a la humanidad con la globalización neoliberal.

Por eso ya los sectores más avisados de nuestros pueblos del Sur, y también muchos luchadores sociales del Norte, hablan de que hay que exigir, o mejor, hay que imponer, el derecho humano al agua. www.ecoportal.net

Manuel E. Yepe Menéndez es Secretario del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, O.N.G. constituida en 1949 que disfruta de status consultivo en el Consejo Económico y Social de la Organización de Naciones Unidas. Es abogado, economista y científico social, y se desempeña como Profesor Adjunto del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana. Fue Embajador de Cuba en Rumanía, Director General de la Agencia Latinoamericana de Noticias Prensa Latina y Vicepresidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión.

Articulo publicado en http://www.radiohc.cu y extraído de www.ecoportal.net