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Año de la Lejía

2008 «El Año de la Lejía»

¡No nos digan que es un sueño!…

“La patria no es de nadie; y si es de alguien, será, y esto sólo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento, honestidad e inteligencia…» (José Martí – Apóstol de Cuba / 1853 – 1895).
No nos resignamos a que no se cumpla en esta tierra lo que todos (gente del pueblo llano y sencillo, intelectuales, artistas, creadores, pensadores, Quemadosprofesores, maestros y educadores en general, médicos y personal sanitario y/o asistencial, algunos políticos en ejercicio o alejados de la política en la actualidad, militantes de partidos políticos de todas las tendencias y colores, etc), de cuando en cuando, soñamos para ella. En fin, ¡el sueño de una nueva aurora y un nuevo sol para esta tierra!… Los canarios, casi todos los canarios, la gran mayoría de los canarios, incluidos los que vivimos de algún modo apesebrados y vinculados por una idea de a los últimos gobiernos autonómicos, insulares y/o municipales (funcionarios, personal laboral, asesores, personal de confianza, periodistas, publicitarios, proveedores oficiales, etc), mantenemos ese espíritu de cambio, esa aspiración a la regeneración, a una nueva tierra, porque la que vemos cada día, en la que vivimos y viven nuestros hijos, no nos gusta nada de nada.

No por culpa de los que, coyunturalmente, nos gobiernan, sino por culpa de toda una clase política entera sin distinción de ideologías y unos medios de comunicación esclavos de los primeros que, un día, deberán responder ante esta sociedad semi articulada o en proceso de ello, del engaño y la mentira que han construido casi todos para engañar a dos o tres generaciones de todo un pueblo al que dicen servir.

Porque, de un modo o de otro, muchos nos creemos impedidos e incapacitados para ejercer el derecho inalienable de denunciar lo denunciable, de criticar lo mal hecho, de llamar la atención sobre hechos, actuaciones o actitudes cercanas a lo vergonzoso y a lo vergonzante, y que ponen en tela de juicio la catadura moral de algunos de los llamados. Mucho más cuando “disparan con pólvora ajena” y lo que dispendian o lo que usan -en algunos casos- como contrapartidas para negocios oscuros, de dudosa reputación y no propios de entidades e instituciones públicas, es el dinero de todos los canarios.

El 2008 debe ser, ha de ser (por diversos motivos, entre ellos unas elecciones en puertas), el año de la lejía , o, a usar por bidones y con estropajos de vergilla. El año de la limpieza a fondo de lo que ya ha alcanzado el grado de corrupción masiva y huele que apesta. El año, en fin, de las. Todos -ciudadanos de a pie, profesionales de la comunicación, políticos y también apesebrados- esperamos el gesto de los gestos, el paso al frente sin reservas, la negociación clara, explícita y pública y, finalmente, el comunicado final y concluyente directo, conciso y valiente y de no más de cinco líneas a doble espacio. Me refiero, ¿cómo no?, a que nuestro Presidente -él es, institucionalmente, el llamado a dar ese primer paso- invite de inmediato a los líderes de todos los partidos del arco parlamentario canario y que, aplicando sentido común y amor a esta tierra, sean capaces de resolver / operar / extirpar -en una hora- este cáncer mortal que nos corroe como pueblo, como comunidad y como sociedad y que, si ellos no lo remedian, nos llevará a una metástasis imparable que afectará -¡que ya afecta!- a todos los estamentos sociales y a sus fundamentos y valores (escaso crédito de la clase política, dudas razonables sobre su honestidad, desconfianza absoluta a sus discursos, poca credibilidad de los medios transmisores de esos mensajes, alejamiento de la política pro activa con el crecimiento de la abstención ya iniciado, caída de la militancia en los partidos, el desánimo de los más jóvenes y su poca credibilidad en un sistema que no les da respuestas a sus demandas más básicas, etc). Si no se adoptan medidas regenerativas inmediatas ese es el panorama para el futuro del Jardín de las Hespérides, Las Afortunadas, El Paraíso, La Bella Atlántida, El Jardín de las Delicias, etc, que, una vez, nos cantaron los clásicos…

Me resisto, nos resistimos muchos canarios, a mensajes navideños institucionales y/o de la oposición -un año más- cargado de milongas, de invitar a la felicidad, de repartir palabras como el que reparte fondos entre islas, de prometer lo irrealizable a priori, de montar carreteras interinsulares sobre pilaresTransporte sostenible de arena, de recordarnos que este Gobierno representa a la mayoría de la minoría de los canarios, de reprometer- y van, al menos, seis ocasiones- la reforma de un sistema electoral que se toman a coña en las otras 16 Comunidades Autónomas, en hablarnos de una Televisión Canaria que se nutre en un 86,5 % de su programación de producciones importadas de empresas de la Península, con programas que no consiguen colocar a ninguna televisión -pública y/o privada- dirigida por profesionales y, sobre todo, que aplican sentido común a sus decisiones y no permiten que la producción propia baje el listón del 75 %, etc, etc…

Me niego, nos negamos a que mi tierra base sus demandas y sus peticiones al Gobierno Central en campañas orquestadas (cuñas radiofónicas con la ramplonería de: “…¡Buenas, le llamo desde Canarias!,… pi, pi ,pi, pi…” o de cartelería con la bandera independentista) desde el poder más fáctico, de forma cobarde (nadie da la cara para precisar valientemente: “Si la pago yo o nosotros”…) cumpliémdose, una vez más, el espantoso requisito del que hablaba Goethe de que «… Un poder ayuda siempre a otro poder, para, al fin, manternerse y perpetuarse ambos…». Sin duda, ustedes, como yo, saben que ni los ciudadanos de a pie, ni los asalariados, ni las asociaciones vecinales o de otro tipo, cuentan con medios económicos, estructuras y logística de apoyo para afrontar campañas de esa envergadura, de esa catadura moral, cobardes y rastreras que, sin ningún tipo de encomiendas públicas, usan a este pueblo, a Canarias, para hablar en su nombre, para representarnos en payasadas, para convertirse en nuestros portavoces no solicitados, para, en fin, actuar de , como los definidos -¡bien definidos!- por José Martí (ver nota de su cita al inicio), hace ya tantos siglos, cuando ni los bisabuelos de estos hidalgos caballeros habían nacido siquiera. ¡Que cosa!, ¡cuanta vigencia mantienen sus palabras intemporales, tan precisas, tan vivas hoy!… Lo peor de todo es que las campañitas, toleradas por políticos y por medios informativos canarios (que se niegan a delatar a los remitentes porque pueden ser clientes publicitarios de gran potencial de sus actividades privadas), sobre todo ponen en entredicho las capacidades de liderazgo y representación de todos y cada uno de nuestros representantes públicos. Y apuesto, me apuesto y abro la apuesta para cuantos canarios deseen sumarse, que cualquiera de nuestros representantes públicos, levantando el teléfono, encuentra ahora mismo, mañana mismo, a un interlocutor válido -acorde con el rango del comunicante canario- de la Administración Central que le atenderá. Si así no fuera, que lo denuncien públicamente…

Y, finalmente, porque no es cosa de aguarles las fiestas con tanta basura, me niego rotundamente a que mi tierra sea, día si y día también, la mofa de todo el país, mediante la exposición pública de un balde de basura que en vez de vaciarse cada día se llena más (alcaldes y concejales imputados por delitos graves, negocios sucios de empresas de gran nivel emparentadas con políticos de tercera división, constructoras que reconocen públicamente que regalan o construyen pisos o chalets a políticos o parientes cercanos de los mismos, funcionarios que comparecen en juzgados y reconocen públicamente que han sido testigos de graves irregularidades legales y financieras, secretarios técnicos de ayuntamientos o cabildos o Consejerías del Gobierno Canario que aceptan y reconocen que sus jefes políticos no han atendidos sus recomendaciones de nulidad o de irregularidades en expedientes, etc). A todo ello, la respuesta de este pueblo, de los representantes de sus instituciones, de los medios informativos, de los presidentes de los partidos, es la de volver la cabeza hacía otro lado y cuidarse de que no le alcance la mierda.

¡Que no, hombre, que no!… ¡Basta ya!. Basta de ser la guasa entre fiscales anticorrupción, entre jueces, entre miembros de tribunales, entre secretarios y personal judicial y entre los miembros del mismo Tribunal Supremo y sus magistrados, que no entienden y se asombran con la tibieza e impunidad con que se manejan en esta tierra -que dice ser europea, pero que parece Burun Burun, con perdón para la segunda- las cosas públicas. No entienden que los jueces que ejercen en esta tierra no hagan públicas las diligencias sin explicaciones alguna, que no hagan cumplir las sentencias con rigor, que no se produzcan detenciones espectaculares para escarmiento del encausado y aviso a navegantes, que no se ordenen aislamientos de los detenidos en temas de corrupción, que no se soliciten a las instancias competentes las inhabilitaciones públicas de los encausados mientras duran las diligencias, que no permitan a los fiscales y a la policía desarrollar sus trabajos de incautación de pruebas con libertad alegando la defensa de la honorabilidad de los acusados… Todo eso derivará -deriva ya, de hecho- en claras sospechas de la sociedad canaria de que existe una oligarquía organizada y corporativa, que se defiende como y sigue el guión muy canario de que. Hay clases, pues, a la hora de responder ante la justicia, existan los indicios y las pruebas que existan. Y a ello, también vergonzosamente, hemos de unir la flacidez que viven nuestros partidos políticos -todos-, incapaces de responder severamente y con solvencia a este mar de mierda, con las expulsiones, las inhabilitaciones temporales o las suspensiones de ejercicios que hubieran lugar –que las hay-. Por el contrario, salen en defensa de lo indefendible, para engañar, para tergiversar, para mentir malintencionadamente, para ¿Inmigración o falta de solidaridad y justicia?proteger a delincuentes, porque saben -¡bien que lo saben!- que deben permitir que los suyos, su clase, siga instalada en la impunidad y más, mucho más, si la prensa canaria -nuestras nunca fiables fuentes de información- colaboran en ese empeño de manera tan leal y tan desinteresada… De momento, me bajo de esta guagua. Volveré a subirme cuando el olor a mierda haya pasado y cuando alguien me diga que todo lo escrito, todo lo sentido por tantos, no es un sueño; que está ahí, al alcance de la mano de cualquier sociedad libre, de cualquier pueblo que aspira a pasearse orgulloso y con la cabeza alta por el mundo, de cualquier grupo vertebrado que sabe separar a sus ovejas negras y ejercer los castigos que procedan, de una Canarias universal que no tenga ninguna duda de cual es su papel frente, por ejemplo, a la inmigración: recibirles con las manos abiertas, atenderles y cuidarles, rehabilitarlos física y socialmente, formarlos y brindarles la oportunidad de hacerse un hueco en esta sociedad igualitaria, justa y tolerante. Si hay dudas al respecto, ¡le preguntaremos a nuestros abuelos emigrados a Cuba, Venezuela, Alemania, Suecia, Francia, Inglaterra, etc, qué opinan sobre el particular!… En fin, por fin, como decía/dice el Maestro Buenaventura Luna: “¡No es cosa de salvarse cuando hay otros que jamás se han de salvar!”…

Texto: Redactores de repúblicadelaisleta.com.
Fotos: Archivo propio, Agencias y Fotógrafos independientes.
Derechos de reproducción: Se autoriza el uso y reproducción de este trabajo por cualquier medio (escrito o electrónico) y para cualquier soporte, citando siempre las fuentes.

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