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Picaduras de insectos

Mosquito tigre
Picaduras de insectos en los niños: ¿Cuándo hay que preocuparse?

Cuando llega el verano, casi nadie escapa a las picaduras de los insectos. Las de mosquitos son las más frecuentes y, en general, solo producen molestias leves. Pero hay niños que pueden experimentar reacciones intensas y necesitar alguna medicación. Y mucho más aún si las picaduras son de abejas o avispas, las cuales pueden poner en riesgo hasta la vida de los pequeños. ¿A qué síntomas debemos estar atentos?
Las picaduras de insectos son muy frecuentes durante los meses de calor. Se pueden tomar diversas medidas preventivas, pero ninguna tiene una eficacia total, y por ello todos estamos expuestos a sufrirlas en mayor o menor medida. En la mayoría de los casos, las consecuencias no van más allá de leves molestias en la zona, como picor, inflamaciones y, en ocasiones, dolor. Tales molestias se pueden aliviar con agua fresca y jabón, procurando evitar el rascado, que puede exacerbar el cuadro, erosionar la piel y causar una infección.
En el caso de los niños, que a menudo sufren muchas picaduras, padecen su intenso picor y se sienten muy molestos y fastidiados, la Asociación Española de Pediatría (AEP) apunta en su página que «se puede aplicar una solución de calamina o amoniaco con una barrita, de venta en farmacias», con la aclaración de que se deben evitar en mucosas: boca, ojos y dentro de la nariz. Otro método para mejorar los síntomas es la aplicación de frío en la zona de la picadura.
Sin embargo, hay una pequeña parte de los casos en que las picaduras provocan reacciones de mayor gravedad, que pueden ir desde edemas, aumento de temperatura, picor en ojos, palmas de las manos y plantas de los pies, malestar general, náuseas y vómitos. Y los niños constituyen uno de los principales grupos de riesgo de padecerlas, junto con las personas que desarrollan su trabajo al aire libre, los inmigrantes o viajeros a zonas endémicas y los pacientes con inmunodeficiencias. ¿Qué hacer en esos casos?

Efectos de las picaduras de mosquitos
Las reacciones varían en función de qué insecto haya picado al niño. Las picaduras más frecuentes son las de mosquitos, que en su mayoría no generan más que el picor y unos habones que se desarrollan en veinte minutos y en general duran algunos días. Pero también pueden producir reacciones locales grandes, como inflamación, manchas rojas, aumento de la temperatura local, pápulas pruriginosas, ampollas y otras reacciones de hipersensibilidad. Aparecen entre dos y seis horas después de la picadura y persisten días o semanas.
Cuando existen reacciones grandes o atípicas, o acompañadas por síntomas como vómitos y fiebre, los expertos consideran que existe una alergia a picadura de mosquito. Así lo explica un estudio realizado por profesionales mexicanos y publicado en la revista especializada Alergia. Estas situaciones exigen acudir al médico cuanto antes.
De todos modos, según explica un documento de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), algunos niños que no son alérgicos a las picaduras de mosquitos presentan reacciones incluso «más intensas que los que sí tienen alergia». El mismo texto añade que para reducir los picores se puede administrar un antihistamínico, y «alguna crema de tipo corticoide» para bajar la inflamación. En caso de que la picadura se infecte, el pediatra recetará algún antibiótico. 

Abejas y avispas: las picaduras peligrosas
Además de los mosquitos, muchos otros animales pueden picar a los niños: tábanos, chinches, pulgas, garrapatas… En estos casos, asegura la SEICAP, «las normas son las mismas que para los mosquitos, aunque con estos otros insectos no hay ni siquiera pruebas de alergia». Pero hay una salvedad importante: las abejas y avispas, cuyas picaduras sí pueden dar lugar a reacciones de gravedad.
Lo normal es que las picaduras de estos animales (que pertenecen al orden de los himenópteros, junto con las hormigas, los abejorros y otras 200 mil especies) causen reacciones locales: enrojecimiento, inflamación y dolor, los cuales «pueden extenderse varios centímetros alrededor de la picadura», según el mismo documento, en función de la constitución corporal de la persona. En ocasiones resultan muy molestas y dolorosas, pero no entrañan un riesgo para la vida.
Sí en cambio son peligrosas las llamadas reacciones sistémicas o a distancia:
Inflamación en los ojos, habones y ronchas con picor, dificultad para respirar, etc., sin importar en qué parte del cuerpo se produjo la picadura.
Otros síntomas posibles son estornudos, mucosidad nasal, lagrimeo, tos, pitos en el pecho, mareos, bajadas de tensión y pérdida de conocimiento.
Todo esto tiene lugar muy pronto, en los primeros 20 o 30 minutos tras el incidente, por lo cual, si el niño comienza con estos síntomas, hay que acudir al médico de forma urgente o llamar al 112.

Tratamiento contra los efectos de las picaduras
Estas reacciones sistémicas «se tratarán como cualquier episodio de anafilaxia», es decir, una reacción alérgica grave. Así lo indica un artículo de Cristina Ortega Casanueva, pediatra y alergóloga del Hospital Quirón San José, de Madrid. Este tratamiento consiste en una dosis de adrenalina (0,01 miligramo por cada kilogramo de peso de la persona), corticoides y antihistamínico por vía oral. 
Cuando un niño ya ha sufrido reacciones sistémicas por picaduras de himenópteros, debe llevar siempre consigo una jeringa precargada de adrenalina autoinyectable intramuscular. Y un alergólogo debe valorar un tratamiento para reducir la sensibilidad extrema por medio de una vacuna.
Por otra parte, en caso de que la picadura haya sido de una abeja, se debe procurar extraer el aguijón del cuerpo del niño con unas pinzas lo antes posible. La AEP señala que «no es recomendable hurgar mucho en la zona, porque además de poder aumentar la inoculación del veneno se puede producir una infección».
Sin embargo, la SEICAP especifica que «se debe intentar extraer el aguijón usando cualquier método: raspando con las uñas, con un objeto romo, con pinzas o como se pueda», ya que, añade, «se ha comprobado que un mecanismo reflejo del aguijón inyecta poco a poco todo el veneno».

Fuente: eldiario.es

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Los insectos superaron a los dinosaurios

Insectos
¿CÓMO LOS INSECTOS SUPERARON A LOS DINOSAURIOS?

Los insectos le ganaron la batalla al meteorito que mató a los dinosaurios. La vida en el hemisferio sur se recuperó dos veces más rápido que en el norte tras el impacto.

Hace 66 millones de años, una roca espacial de 10 kilómetros chocó contra la Tierra causando una explosión equivalente a 7.000 millones de bombas atómicas. El choque levantó una enorme fumarola de roca pulverizada que se elevó hasta cubrir todo el globo y sumirlo en una profunda oscuridad. Tsunamis de más de 100 metros arrasaron las costas del actual Golfo de México en la península de Yucatán, zona en la que cayó el meteorito de Chixculub, y se desencadenaron fuertes terremotos. Parte de los escombros levantados por el impacto comenzaron a llover como diminutos meteoritos y transformaron el planeta en un infierno de bosques ardiendo. Las plantas que no se quemaron se quedaron sin luz solar durante meses. Tres de cada cuatro seres vivos en el planeta fueron exterminados, incluidos todos los dinosaurios no avianos.

Una de las grandes incógnitas sobre el evento de extinción masiva del Cretácico es si existió un refugio donde la vida permaneció más o menos intacta. Algunos estudios han situado ese oasis en el hemisferio sur del planeta, especialmente cerca del Polo.
“La mayoría de lo que sabemos sobre la extinción y la recuperación de la vida en la tierra después del asteroide viene del Oeste de EE UU, relativamente cerca del lugar del impacto, en Chixculub, México”, explica Michael Donovan, investigador de la Universidad estatal de Pensilvania (EE UU). Se sabe mucho menos de lo que sucedió en otras zonas más alejadas, dice, pero hay estudios recientes del polen y las esporas que apuntan a que en Patagonia y Nueva Zelanda la extinción de plantas fue mucho menor.

En un estudio publicado hoy en Nature Ecology & Evolution, Donovan y otros científicos en EE UU, Argentina y China exploran la hipótesis de un refugio en el sur a través del análisis de hojas fósiles de antes y después del impacto encontradas en la Patagonia argentina. En concreto, el equipo de investigadores ha analizado las pequeñas mordeduras dejadas por insectos herbívoros en la vegetación para estimar cuándo se recuperó el nivel de diversidad biológica anterior al desastre.

Los resultados muestran que, al igual que lo que se observó en el hemisferio norte, los insectos del sur prácticamente desaparecieron después del choque del meteorito. Pero los fósiles analizados también muestran que los niveles de diversidad de insectos se recuperaron en unos cuatro millones de años, dos veces más rápido que en el norte.
 “También hemos estudiado los minadores, rastros de deterioro en las hojas hechos por larvas de insecto al alimentarse”, explica Donovan. “No encontramos pruebas de la supervivencia de minadores del Cretácico, lo que sugiere que este no fue un refugio para estos insectos”, explica, pero en los restos de después del impacto enseguida aparecen nuevas especies.

El trabajo refuerza la hipótesis de que la vida regresó antes a las zonas más alejadas del punto de impacto, “aunque también pudo haber otros factores desconocidos”, advierte Donovan. Las diferencias en el tiempo de recuperación probablemente influyeron en los patrones de biodiversidad hasta la actualidad, comenta.
El trabajo también puede ayudar a explicar por qué otras pequeñas criaturas que se alimentaban de insectos acabaron conquistando la Tierra tras sobrevivir al meteorito que exterminó a los dinosaurios. “Es posible que los cambios en la cadena alimentaria causados por la extinción de los insectos después del impacto, seguidos de la recuperación de los niveles anteriores afectasen a otros organismos, incluidos los mamíferos”, resalta.
 
Fuente: Nature Ecology & Evolution, El País

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Peligro plaga de termitas

Plaga de termitas
Un dato puede ser suficiente para concienciar del problema y de la rapidez con la que hay que solicitar el servicio de una empresa de control de termitas en Las Palmas. Estos insectos sociales son los peores enemigos de la madera en el hogar, ya que una sola termita reina puede poner de media 2.000 huevos de media al día, con lo que en pocos días puedes tener una auténtica colonia devorando tu casa sin que te des cuenta.

Las viviendas con elementos estructurales de madera deben tener especial atención a estos insectos de aspecto blanquecino que viven en el suelo. Al menor indicio de su existencia, aunque a veces puedan parecer hormigas, es fundamental llamar a Floresalud Control de Plagas Canarias, porque los daños en muebles y otros elementos pueden ser considerables.

Es cierto que el alcance de los daños provocados por las termitas van completamente asociados a la cantidad de elementos celulósicos a los que puedan acceder, es decir, desde el suelo hasta el interior de espacios técnicos o interior de muros y paredes. Pero se calcula que el 7% de los daños económicos que se producen en los hogares del mundo se deben a las termitas.

Para su detección, las empresas especializadas en control de termitas en Las Palmas utilizan herramientas de detección tanto acústica como electromagnética, al margen de la inspección visual, ya que es necesario encontrar a las termitas macho y hembra reproductoras que se encuentran debajo del suelo y son difíciles de localizar, siendo la especie doméstica más común la de termitas subterráneas, las que suelen atacar a los elementos de madera de una propiedad.

Las termitas de madera seca Kalotermes flavicollis (FABRICIUS), CRYPTOTERMES BREVIS (WALKER).
El tipo de termita Kalotermes Flavicollis está presente en toda la península (especialmente en Cataluña, Levante y Andalucía)y en las islas de Baleares. En las Islas Canarias tenemos una especie casi idéntica: Kalotermes Dispar.